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HABITAR ES UNA RELACIÓN PERMANENTE ENTRE ESPACIOS Y EMOCIONES
QUE SUPONE UN ACONTECIMIENTO A TRAVÉS DE EXPERIENCIAS Y ACCIONES.
Las emociones se experimentan. Afectan y son afectadas; habitan y son habitadas. Nos dicen mucho del tiempo y también del espacio. A través de ellas, el pasado persiste en la superficie de los cuerpos, pero abren a su vez posibilidades de futuros distintos. Por tanto, el apego, el arraigo y la apropiación son piezas claves en los estudios del territorio.
Son una potencia que acompaña la acción.
(Eva Illouz, 2006)
Son además relacionales, productos de una construcción social permanente.
(David Le Breton, 2013)
Y en tanto públicas y políticas, dan lugar a la formación de acciones sociales.
(Martha Nussbaum, 2014)
Las emociones construyen un lenguaje sentipensante; el que es capaz de pensar sintiendo y sentir pensando. Reducirlas a la valoración de un estímulo cerebral, hablaría de ellas sólo como hechos y no como experiencias vinculadas al espacio que se habita. Tienen una relación implícita entre movimiento y vinculación, entre ser movido por como una conexión con. Esa condición multicausal es la que se expresa territorialmente.
Y cuando la violencia irrumpe, las emociones también se transforman. Las relaciones que se establecen entre las emociones y los territorios son móviles, transitan entre lo que fueron, lo que son y lo que pueden llegar a ser. En ese andar, construyen una sinergia con el territorio; entre las emociones de origen y las de la trayectoria. Y en ese tránsito, moldean una nueva territorialidad, construyendo la posibilidad de un tiempo futuro en el presente que transcurre.
LAS EMOCIONES
EXPRESADAS EN LOS TERRITORIOS
El carácter colectivo de las emociones al que aludimos aquí, parte del dolor causado por el conflicto armado. Sin embargo, como solo nos duele lo que nos importa, el amor y el dolor están siempre relacionados por las diferentes temporalidades del arraigo y del desarraigo.
Esta investigación define dos tipos de emociones principales siempre relacionales: el desarraigo continuo y el sentirse en casa

DESARRAIGO CONTINUO
¿DÓNDE SE UBICA EL DOLOR EN LOS TERRITORIOS?
La lucha por el territorio no ha sido únicamente por la lucha de tierras, ha sido además una lucha por la defensa de un lugar en el mundo; por el derecho a estar-siendo en y con su territorio. Con cada desplazamiento forzado, continuo y permanente se les ha obligado a refundarse constantemente desde el desarraigo.
El conflicto armado se ha servido de una presión violenta sobre la población civil, ocasionando no solo el desplazamiento forzado constante de campesinos, comunidades raizales, negras y grupos indígenas; sino causando además la explotación intensiva de los bienes naturales del territorio, a través de las prácticas del monocultivo, la ganadería extensiva, la minería extractivista y los cultivos ilícitos.
Estas expresiones dejan cicatrices en los territorios, vestigios en las comunidades desterradas, obligadas abandonar sus ranchos, sus tambos, sus viviendas, sus cultivos y sus lazos afectivos; también heridas en los ríos secos, desviados y contaminados, en las montañas excavadas y deforestadas.
EL DESARRAIGO CONTINUO ES LA EMOCIÓN PRINCIPAL
DEL CONFLICTO ARMADO
De ella se derivan otras emociones:
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Despojo del lugar
Aislamiento

SENTIRSE EN CASA
CUERPO, LUGAR, OBJETOS
La casa, nuestro rincón en el mundo, es donde se integran los pensamientos, los sentimientos, los recuerdos y los deseos. En ella, la memoria y la imaginación permanecen asociadas. Por eso, comprenderla como un simple objeto anula su complejidad ontológica y las relaciones inmateriales y materiales que la constituyen.
Todo espacio realmente habitado lleva en sí la esencia de la noción de casa
(Gaston Bachelard, 2000)
LA CASA
ES LA PRIMERA EXPASIÓN
DEL CUERPO EN EL ESPACIO
Sentirse en casa, es una combinación entre amor, alegría, esperanza; es un complejo emocional que se deposita en un lugar cargado de memorias, de personas y de sueños que importan. Esto explica porque no hay dos amores iguales o en este caso, dos casas iguales; ambos tienen expresiones materiales e inmateriales diferentes. Sus principales características son el deseo de permanecer, la resistencia a irse, el deseo de regresar, el recuerdo recurrente. Todas ellas, emociones con rasgos espaciales.
Sentirse en casa es la otra emoción principal. A partir de ella se desprenden otras:
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Permanencia
Arraigo
Apropiación
BIBLIOGRAFÍA EMOCIONES
Bachelard, G. (2000). La poética del espacio (F. de C. Económica (Ed.)).
Illouz, E. (2006). Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo. Katz Editores.
Le Breton, D. (2013). Por una antropología de las emociones. Revista Latinoamericana de Estudios Sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad, 10(4), 69–79.
Nussbaum, M. (2014). Emociones políticas ¿Por qué el amor es importante para la justicia? Ediciones Paidós.